Si se desplaza de forma inclinada o gira en una ladera, el vehículo puede resbalar lateralmente, volcarse y darse la vuelta.
Puede, por ejemplo, salir despedido del asiento.
Si conduce sobre obstáculos o rodadas, el volante puede rebotar.
Si los materiales inflamables como, p. ej., hojas, hierba o ramas, entran en contacto con las piezas calientes del sistema de escape, dichos materiales pueden inflamarse.
Durante la marcha pueden atascarse cuerpos extraños, p. ej. piedras o ramas, en los bajos del vehículo, en las ruedas y neumáticos y provocar, así, daños en el vehículo.
Daños en el tren de rodaje, el depósito de combustible o el sistema de frenos.
Generar desequilibrios y, con ello, vibraciones.
Compruebe de forma regular los bajos del vehículo y los neumáticos y las llantas al conducir en caminos de tierra o por terrenos no asentados. Retire especialmente cuerpos extraños atrapados, p. ej., piedras y ramas.
Pueden dañar el tren de rodaje, el depósito de combustible o el sistema de frenos.
Pueden originar desequilibrios y, con ello, vibraciones.
Pueden salir despedidos durante el desplazamiento.
Avise en caso de daños a un taller especializado.
En marchas por terrenos no asentados y por obras podrían acabar en los frenos, por ejemplo, arena, barro y agua, también mezclados con aceite. Esto puede causar una reducción del efecto de frenado o un fallo total de los frenos, también debido a un elevado desgaste. El comportamiento de frenado cambia dependiendo del material que penetre. Limpie los frenos tras la marcha por terreno no asentado. Si a continuación nota una reducción del efecto de frenado o percibe ruidos de roce, encargue de inmediato la revisión del sistema de frenos en un taller especializado. Adapte su estilo de conducción al comportamiento de frenado modificado.
Los recorridos por terrenos no asentados y zonas de obras aumentan las posibilidades de que el vehículo sufra daños que provoquen el fallo de grupos o sistemas. Adapte su estilo de conducción a las condiciones del terreno. Conduzca con cuidado. Subsane de forma inmediata los daños del vehículo en un taller especializado.
Durante la conducción por un terreno intransitable no cambie al punto muerto y no desembrague. Al intentar frenar el vehículo con el freno de servicio podría perder el control del mismo. Si su vehículo no puede superar una pendiente, retroceda con la marcha atrás.
Si carga su vehículo para desplazamientos por terrenos no asentados u obras, mantenga el centro de gravedad del vehículo lo más bajo posible.
Compruebe las reservas de combustible y de AdBlue®Más y rellene si es necesario Repostaje del v....
Motor: compruebe el nivel de aceite Más y añada aceite si es necesario Relleno del ace.... Antes del desplazamiento en pendientes e inclinaciones extremas, rellene el nivel de aceite hasta el máximo.
En pendientes e inclinaciones extremas, puede aparecer el símbolo en el campo de indicación del visualizador del cuadro de instrumentos. Si antes de la marcha ha rellenado el nivel de aceite en el motor hasta el máximo, la seguridad de funcionamiento del motor no estará en riesgo.
Herramientas de a bordo: compruebe si funciona el gato Más.
Asegúrese de llevar en el vehículo una llave para ruedas Más, una base de madera para el gato, un cable de remolcado resistente, una pala plegable y un calzo (disponible en función del equipamiento).
Llantas y neumáticos: compruebe la profundidad de perfil Más y la presión de inflado de los neumáticos Comprobación de....
Tenga siempre en cuenta la altura libre sobre el suelo del vehículo y sortee los obstáculos, por ejemplo, las rodadas demasiado profundas.
en el tren de rodaje
en la cadena cinemática
en los depósitos de combustible y de sustancias de servicio
Por ello, conduzca siempre despacio en terrenos no asentados. Si tiene que esquivar obstáculos, permita que el acompañante le guíe.
Mercedes-Benz le recomienda llevar en el vehículo adicionalmente una pala y un cable de rescate con grillete.
Asegúrese de que el equipaje y la carga estén debidamente colocados y fijados de forma segura Más.
Deténgase antes de iniciar la conducción por terrenos no asentados y cambie a una marcha pequeña.
Cuando el terreno lo requiera, desconecte brevemente el sistema ESP® para arrancar .
En terrenos no asentados, conduzca siempre con el motor en marcha y una marcha acoplada.
Conduzca despacio y de manera homogénea. En muchos casos se debe circular a una velocidad de peatón.
Evite que las ruedas motrices patinen.
Asegúrese siempre de que las ruedas tienen contacto con el suelo.
Por motivos de seguridad, salga e inspeccione antes el terreno no asentado. Desplácese con cuidado extremo por terrenos no asentados desconocidos y que no sean visibles.
Preste atención a los obstáculos, por ejemplo, rocas, agujeros, tocones y rodadas.
Evite bordes en los cuales se pueda romper el suelo.
Al circular por terrenos no asentados, su vehículo soportará esfuerzos mucho mayores que en el servicio normal en carretera. Compruebe el vehículo después de haber conducido por terrenos difíciles. Así puede identificar los daños a tiempo y reducir el riesgo de accidente para usted y para otros usuarios de la vía. Limpie su vehículo a conciencia antes del desplazamiento en vías públicas.
Si detecta daños en el vehículo tras la marcha por terrenos no asentados, lleve de forma inmediata el vehículo a un taller especializado para que lo revisen.
Conecte el ESP®.
Limpie y compruebe si hay daños en el alumbrado exterior, especialmente en los faros y en la luz de posición trasera.
Limpie la matrícula delantera y trasera.
Limpie las lunas, las ventanillas y los retrovisores exteriores.
Limpie los peldaños, las entradas y los asideros. Con ello eleva la seguridad de acceso al vehículo.
Limpie con un chorro de agua los neumáticos, las llantas, la caja pasarruedas y los bajos del vehículo. Con ello eleva la adherencia a la calzada, especialmente con calzada húmeda.
Compruebe y retire de los neumáticos, las llantas y la caja pasarruedas los cuerpos extraños atrapados. Los cuerpos extraños atrapados pueden dañar los neumáticos y las llantas o pueden salir despedidos durante la marcha.
Compruebe y retire de los bajos del vehículo ramas u otras partes de plantas atrapadas.
Limpie los discos de freno, los forros de freno y las articulaciones de eje, especialmente tras la circulación por arena, barro, gravilla y grava, agua o similares.
Compruebe si hay daños en la plataforma, neumáticos, llantas, estructura de la carrocería, frenos, dirección, tren de rodaje y sistema de escape.
Compruebe la seguridad de funcionamiento del freno de servicio, por ejemplo, con una prueba de los frenos.
Si advierte fuertes vibraciones en el vehículo tras la marcha por terrenos no asentados, vuelva a comprobar la presencia de cuerpos extraños en los neumáticos y la cadena cinemática. Retire los cuerpos extraños, ya que pueden ocasionar desequilibrios y con ello generar vibraciones. En caso de daños en las ruedas y la cadena cinemática, acuda de inmediato a un taller especializado.